Dani Rubio, se llama el personaje que durante sus tropecientos días encerrado en esa jaula de oro nos ha regalado perlas del tipo «me considero homófobo, racista y superior» (más o menos). Este tipo se define como vago, dice que le gusta irse de putas, considera a las mujeres como «dos tetas y un coño», habla constantemente en términos bastante vulgares, dice que le gusta hacer bromas a la gente y se considera un provocador, un transgresor y un montón de historias más que en principio se caen por su propio peso. El personaje de Dani, es en principio, un ser de esos que las mentes bienpensantes y los constructores de fachadas llenas de valores definirían como un tipo despreciable que no da buen ejemplo a nuestra moralidad de plástico y algodón de azúcar.