Yo, desde las profundidades más superficiales de este análisis en forma de post, intuyo que el problema podría venir por la diversidad de criterios que definen al target ‘conductor’. Conductores en este país, los hay de todas las clases sociales, de todos los colores, razas, edades. Conductores los hay en femenino, en masculino, sin carnet, sin seguro. Trabajadores y profesionales del volante, conductores que circulan rumbo a unas vacaciones, camino del trabajo, llevando a los niños al cole. Conductores de fin de semana, de carreras ilegales en un polígono industrial, etc.
Aquí tenemos el primer problema, un producto debe definir su público, su target. En este caso, en el de las campañas de la DGT, el target es demasiado amplio. Que conste que entiendo que es muy complicado elaborar campañas diferentes para los diferentes perfiles de usuarios de la carretera. Yo eso lo sé, lo comparto, pero a su vez lo expongo como un problema. La campaña sin público definido pierde efectividad. Eso está claro.
Otro de los problemas que yo veo, es que este producto a pesar de tener consecuencias trágicas en caso de no usarse, tiene un componente de negatividad al formar parte de una imposición legal. ¡Tienes que ponértelo! y eso a los españolitos no nos gusta. Es triste decirlo pero a la gente le dices que esto hay que hacerlo porque sí y ya no lo hace. Nos encanta ser rebeldes, creernos los más listos, ser los cabecillas de un escalafón de la estupidez disfrazada de aceptación social. Nos encanta flirtear con lo ilegal aunque eso signifique jugarnos la vida, pero desgraciadamente es que somos así. Nuestra conciencia en ciertos temas es la inconsciencia más absoluta.
Últimamente se está demostrando que ya que no entramos por el aro del buenrrollismo pedagógico, lo estamos haciendo por el del carnet por puntos, que ese sí que nos hace verle las orejas al lobo. Es triste pero parece que tiene que morir alguien cercano para darnos cuenta de lo incivilizados que podemos llegar a ser. Y eso que no quiero hablar de dos que me han adelantado este fin de semana camino de Sanxenxo…
Javier Varela
the orange market ::el blog de marketing::
Cuánta razón tienes. Es verdad, la gente se niega en redondo a ponerse el cinturón o a dejar de fumar simplemente porque hay leyes para ello. Se creen más listos por llevar a la contraria, una actitud bastante infantil, me parece.
Tienes razón y es triste que solo se le vean las orajas al lobo a través de un sistema de eliminación de puntos y no por la gran cantidad de muertes que se producen en las carreteras cada día. Un saludo y gracias por participar