Hace unos días, Juan (Pasión por el Marketing) escribió un artículo muy viralizable en el que hablaba de un personaje muy viralizable también. El tristemente archiconocido por su encasillado personaje televisivo Risto Mejide.
El caso es que este publicitario, que creo que es bastante bueno en su profesión, ha preferido convertirse en carne de consumo televisivo, obnubilado por las mismas mieles que Tamara la ex de Paquirrín, Yola Berrocal y toda esta clase de productos de serie B que pusieron su cabeza en la guillotina del Hotel Glam, hipnotizados por la melodía de la guitarra del inimitable Arlequín. Realmente salir en la tele es una aspiración como otra cualquiera y cada uno se hace publicidad a si mismo como quiere.
Sea como sea, y supongo que por su condición de publicitario, Risto es más listo que toda esta banda de frikis catódicos y por lo menos saca partido a cada minuto que consigue arañar en televisión. Tras segmentar bien el target que consume su incontinencia verbal escupe una vez tras otra su artesanal y manufacturada mala hostia conocedor del retorno que esa inversión en si mismo le va a reportar en la venta cruzada de sus habilidades publicitarias.
Tanto es así, que ha sacado un libro y creo que se está vendiendo por doquier como era de esperar, sobre todo no por él, si no por la ayuda de gente como Marc, Antonio Velo, Javito, J. Cuervo y muchos más que sabemos del buen hacer de Juan en materia de buzz marketing y nos animamos a promocionar su blog Pasión por el marketing y su concurso aunque para ello tengamos que hablar del libro de un tal Risto. Si te interesa el buzz marketing, no dudes en pasarte por el blog de Juan dónde encontrarás una gran cantidad de información interesante sobre buzz y de vez en cuando también información sobre aspirantes a portada del Diez Minutos como Risto su libro.
Lo reconozco, admiro a los profesionales que hacen bien su trabajo pero no admiro tanto a los manipulados mass media products.
Aprovecho la ocasión para volver a publicar un post sobre Risto que escribí hace unos meses y como hacen los primerizos en la tele y la radio, aprovecho para enviarle un saludo a Juan que mañana es su cumple, para saludar a todos los blogueros de marketing, para promocionar mi blog the orange market, y para pedirle a Risto Mejide que me envíe un libro de Pensamiento Negativo, Acierta mal y pensarás para ver si de leyéndolo consigo llegar a conocer el trabajo del profesional que me interesa y no quedarme en el previsible jurado de Operación Triunfo que no me interesa tanto.
Si cobrase por toda la publicidad gratuita que hago en cada post seguro que estaba forrado…
Este es el post que escribí hace un tiempo:
Hoy voy a hablar de un personaje televisivo que por lo que veo en otros blogs y por lo que se comenta entre los espectadores de Operación Triunfo (versión España) parece que genera bastante controversia. El personaje en cuestión se llama Risto Mejide y este post mío no hace más que generar un poquito más de buzz a su campaña de comunicación personal. La cuestión es que este hombre trabaja no sé que día de la semana de jurado en OT. Pues haciendo eso que hacen los del jurado, realizar comentarios sobre lo que ven de los concursantes, e intentar dirigir al público hacia uno u otro concursante que más adelante será el que se convierta en «estrella» de la música, o de la canción, en el peor de los casos.
El tema es el que este creativo publicitario creo que de SCPF, dicen que trata a los concursantes como si fueran productos, y así les llama. El tío utiliza un tono bastante borde y sarcástico en sus intervenciones y su aspecto, a caballo entre un chuleta de serie B y un intelectual venido a menos, puede confundir al personal. Pero el tema aquí, es que sacando estos pequeños matices, el personaje que representa es el único sincero y que dice las cosas como son. Los «triunfitos», a pesar de ser personas, son productos televisivos a los que así se trata desde el mismo momento en se cruzan medio país montados en un sueño para despertar en una cola de 5376 personas y vestidos con una pegatina que les da derecho a en dos minutos demostrar si valen para ser comercializados o no por un canal de televisión que solo busca engrosar su cuenta de resultados.
El tal Risto les dice verdades como puños, aunque suenen muy mal en las mentes desdobladas por la moralidad y las buenas intenciones de cara a la galería, pero al fin y al cabo él es un profesional de la publicidad y actúa con los concursantes como lo que serán para Telecinco, productos a los que les exprimirá todo el jugo hasta dónde pueda. Estos chicos están una academia grabados todo el día, patrocinados por un buen puñado de productos, generan muchísima publicidad a su alrededor, venden discos del programa, merchandising, y los que salgan «adelante», que a su vez es el slogan del BBVA, y que todos cantan al unísono en plan we are the world, serán productos movidos por los brazos de esa máquina de hacer dinero a costa de las personas, que se llama Telecinco.
Risto Mejide, desempeña el rol de malo y humilla a los concursantes diciéndoles la verdad que ya saben pero que nadie se atreve a decirles. Él, ese papel lo clava, incluso se pelean entre los del jurado por sus palabras, pero imagino que también sabe que él mismo es también un producto, un producto de la cadena, y lo mejor para él, un producto de él mismo. Win to win. La cadena gana audiencia por el morbo que genera un personaje así, y él gana el reconocimiento que la sombra de la publicidad le había negado. Había hecho montones de anuncios publicitarios y resulta que la gente ahora le conoce por ser el impertinente de OT. Be water my friend!. Este mundo no hay quién lo entienda.
Javier Varela
the orange market | el blog de marketing
Quiero decir que yo he leído el libro de Risto. El libro contiene mucho de su vida personal, tiene capítulos normalitos y otros en los que te «descojonas de risa».
Sobre él, quiero decir que hace poco acudí a una conferencia que dio para el grupo Wolters Kluwer, sobre «personal branding» y tengo que decir, que me pareció la mejor charla sobre branding y posicionamiento que he visto. Nos contó como fijó su posicionamiento en OT, cómo hizo su mapa de posicionamiento… y francamente me impresionó.
Que tal Marco,
yo la verdad es que lo que conozco de Risto es su vida más catódica, osea su personaje de OT. Realmente a mi también me parece que el trabajo de posicionamiento es impecable lo que pasa es que creo que el personaje le está gustando tanto (economicamente supongo) que la contínua repetición de frases hechas, chistes y chascarrillos atrapaaplausos le han convertido en un personaje tipo ramoncín, que busca el aplauso fácil.
Como publicitario le tengo el respeto más absoluto y posiblemente es de lo mejor que hay, eso ya no lo sé, pero para mí la sombra del televisor es demasiado alargada y a veces puede volverse en tu contra.
En realidad yo creo que llegar a ser un friki de la tele es más sencillo de lo que parece, el tema es que no todo el mundo quiere.
Gracias como siempre por tus comments.
Saludos
Sigue sin gustarme Risto y sigo pensando poner su libro como calzador para mi mesa que cojea. Saludos!!
Hola Javier, claro que el dinero es lo que le ha hecho estar ahí!! Dijo que renegociaba las condiciones después de cada gala, ya que el tío duplicaba el share, ya de por sí alto, cuando le tocaba hablar.
Estoy contigo en que ya empieza a repetirse, pero es como dijo él, es un fenómeno televisivo que revienta audiencias y gana pasta a montones, durante un periodo de tiempo corto y luego ya está. Lo bueno es que él sabe que sólo va a ser eso, y no le importa ya que sigue con su trabajo de creativo.
De todas formas, entiendo que caiga mal por su participación en OT, pero os aseguro que cuando le escuchas en una de sus charlas, en el fondo es un tío bastante humilde y muy majo, de hecho recuerdo que en la charla que vi, en el turno de preguntas, un tío levantó la mano y dijo: «Risto, eres un Capullo» todos nos quedamos mirándole alucinados, incluido Risto, que dijo: «Ahora me caes mejor» Y el tío añadió: «Eres un capullo, porque haber cómo les digo a mis hijas pequeñas, que te odian, que eres un tío majo!!» Todos rompimos a reír, fue un momento muy divertido y la verdad es que ese hombre, tenía razón!